Voy caminando por las calles del Barrio de La Recoleta, buscando su famoso cementerio de la Recoleta. Me siento un poco perdida ya que voy varias cuadras caminando sin encontrar el lugar, aunque según el mapa ya debería haber llegado.
Se me viene una idea en la cabeza… ¿será que el lugar no quiere ser encontrado? O quizá ¿él quiere encontrarme a mí primero?
Me quedo parada en una esquina revisando el plano de la ciudad en la diminuta pantalla de mi móvil. Una ráfaga de viento me roza el lado izquierdo del cuerpo, giro la cabeza y ahí está en la siguiente esquina, el cementerio de la Recoleta.
Empiezo a bordear el lugar en busca del ingreso y descubro un festín a las afueras, jóvenes tocando guitarra, grupos sentados en el pasto conversando y tomando mate.
CEMENTERIO DE LA RECOLETA
Encuentro la puerta, apenas cruzo las rejas, dejo atrás el bullicio, la música y la vida; me rodea la quietud, el sosiego y la muerte. De pronto el lugar se vuelve pálido, como si el color fuera desapareciendo dentro de esa ciudad de blanco y negro llena de ángeles que parecen alcanzar el cielo.
El Cementerio de La Recoleta es sin duda un atractivo turístico de la ciudad de Buenos Aires, por su valor arquitectónico y por las preciosas esculturas. Hay personajes conocidos como Evita Perón enterrados en este cementerio.
Este cementerio construido por el ingeniero francés Próspero Catelin en 1822 cuenta con más de 90 bóvedas declaradas Monumento Histórico Nacional y se mantiene muy bien conservado gracias a una asociación llamada “Los amigos del Cementerio de La Recoleta” que sin esperar que el gobierno se encargue de él, ellos velan por sus restauraciones y reparaciones.
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5 HISTORIAS EN EL CEMENTERIO DE LA RECOLETA
En este cementerio hay muchas historias que han sobrevivido el pasar de los años, memorias que no han sido olvidadas y que ni la muerte ha podido callar. Historias de pasión, de amores infinitos, de odios que trascienden la muerte, historias de lealtad y hasta de vanidad. Si han sobrevivido tantos años ¿Cómo no contarlas?
EL CUIDADOR ETERNO
David Alleno era un joven cuidador de este cementerio. Ahorró centavo a centavo para poder tener su tumba en este lugar.
Mandó a tallar una figura en mármol representándolo con su ropa de trabajo, regadera, escoba y su candado de llaves, esta se ubicaría afuera de su bóveda.
La vanidad valió más que su vida y decidió suicidarse para estrenar pronto su propia tumba.
LA NOVIA DE PLATA
El joven comandante Francis Drummond murió en los brazos de su suegro. El almirante Guillermo Brown, en la batalla de Monte Santiago.
El marino Brown tuvo que comunicarle a su hija Elisa de tan sólo 17 años que su prometido había muerto. La desconsolada Elisa se puso su vestido de novia y se sumergió en el Río Plata para no volver más.
Los restos de “La novia del Plata”, yacen en una urna detrás de la bóveda de su padre.
ODIO QUE TRASCIENDE LA MUERTE
Salvador María del Carril, un hombre soberbio y duro, decidió publicar una carta en los diarios locales, comunicando a los acreedores que no se haría cargo de las deudas de su esposa.
Tiburcia Dominguez, decidió quitarle el habla durante los 21 años que vivieron juntos. Una vez que su esposo murió le hizo una bóveda con una escultura de él sentado mirando al sur.
Tiburcia pidió como última voluntad, que el busto de ella fuera colocado dando la espalda a su marido, para mostrar su enfado, incluso después de la muerte.
MURIENDO DOS VECES
El día que Rufina Cambaceres cumplía 19 años se organizó una gran fiesta por ella. Cuando el festejo terminó, Luisa, la madre de Rufina escuchó un grito de una de las mucamas. Entró corriendo a la habitación de su hija y se dio con la sorpresa de que estaba muerta.
La sepultaron en el Cementerio de la Recoleta con sus mejores vestimentas y joyas.
Horas más tarde el cuidador encontró el ataúd abierto presumiendo un robo, pero encontró la puerta arañada internamente. Se dice que Rufina había sufrido un ataque de catalepsia y fue sepultada viva.
Cuando la joven se encontró encerrada en el ataúd, la angustia se apoderó de ella y le vino un fulminante ataque al corazón.
Es por eso que hay una estatua con una mano aferrada a la puerta de la bóveda que nunca llegó abrir desde adentro.
FIELES COMPAÑEROS
A sus 26 años Liliana Crociati se sentía la mujer más afortunada del mundo. Se despedía de sus padres y de su perro Sabú para partir a su luna de miel en Austria.
Luego de días de felicidad, una mañana de Febrero, una avalancha cubrió el hotel donde se alojaban. Ella murió asfixiada y por el intenso frío de la nieve. Ese mismo día, a 14.000 kilómetros de distancia, también murió Sabú, su perro.
Los padres de la joven no pudieron con tanto dolor y decidieron hacer una escultura en honor a ella. Ahí se encuentra Liliana, vestida con su traje de novia y su anillo de compromiso, acompañada de Sabú, su fiel compañero.
GUÍA DEL VIAJERO: CEMENTERIO DE LA RECOLETA
Ubicación: La dirección es: Junín 1760. Barrio La Recoleta
Horarios de visita: Lunes a Domingo de 7:00 a 17:45
Costo: El ingreso es gratuito.
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Tip: Compra en el ingreso un folleto del Cementerio, ayudarás a los Amigos del Cementerio de la Recoleta a seguir con su excelente labor.
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amo ir a este cementerio hay tantas historias y otras que te las sabes o haces mil preguntas, amo ir sola y recorrerlo, con la camarilla en mano