Una ciudad ubicada en la ribera del río Dordoña, uno de los ríos más bonitos de Francia. Un poblado con un encanto particular donde su casco viejo con numerosas construcciones de la Edad Media y Moderna, junto a sus más de 40.000 hectáreas de viñedos, se completan armoniosamente junto al río formando una ciudad indiscutiblemente bella. Mientras me pierdo mirando el panorama, pienso que esta comuna me recuerda a Florencia en Italia, con la gran diferencia que mientras la capital de la Toscana en este mismo momento está atestada de turistas, Bergerac goza de una belleza similar pero llena de tranquilidad.
DORDOÑA PÉRIGORD
¿A qué se deberá que países cómo Italia sean visitados a lo largo de su territorio, mientras que Francia, un país con tanta belleza natural, sólo sea visitado por París y últimamente por sus afamados campos de lavanda en la Provenza? Ya sé que quizás muchos me dirán que me equivoco, que Francia además tiene la Costa Azul, la Borgoña o la región Dordoña Périgord y no lo pongo en duda, es más, me considero una admiradora de toda Francia, pero seamos honestos, ¿Cuánta gente piensa en un viaje por el Viejo Continente y tiene en mente conocer las regiones anteriormente nombradas? Probablemente me equivoco, pero creo que somos pocos los que nos damos el tiempo para conocer estos destinos que tiene mucho por brindarnos y que pocos los visitan.
BERGERAC
Cuando llegamos a Bergerac, dejamos el auto en una pequeña calle y nos dirigimos a la Oficina de Turismo donde nos dieron la bienvenida y nos explicaron un poco más de la ciudad.
Cuando salimos a conocerla a pie, la quietud de la oficina quedó atrás y sus calles parecían una gran verbena al aire libre.
Era sábado y su tradicional mercado había tomado las principales calles del centro antiguo. Nuestra guía nos comentó: este es el lugar predilecto de la gente mayor, aquí se encuentran con sus viejos amigos mientras hacen las compras de la semana.
Los productores y agricultores ofrecían sus productos elaborados por ellos mismos o cosechados con sus propias manos. Todo me hacía recordar a esos mercados orgánicos que ahora están tan de moda en el resto del mundo, pero que en Dordoña Périgord es el pan de cada sábado.
Aquí conocí al señor de las verduras, a Manuel el experto de los quesos; al encargado de las nueces, e Yvon y Martine Noël-Artaud con sus exquisitos foie gras. Un festín de aromas y sabores a precios muy accesibles y con la seguridad de que los productos no tienen persevantes ni pesticidas.
En el centro de la ciudad de Bergerac
Mientras nos alejábamos de sus calles ocupadas por el mercado, llegamos al mismo corazón de Bergerac. En la Rue de la Mirpe, las casas medievales destacaban con sus fachadas de piedra y madera, con sus puertas de colores, con macetas llenas de flores, detalles por doquier y esculturas de fierro, me transportaban a una época en la que me hubiese gustado vivir. Tomé muchas fotos de esas pequeñas casas. Mientras revisaba si las fotos que había capturado estaban bien iluminadas o tenían buena calidad, me topé con una estatua de bronce del famoso Cyrano de Bergerac en la plaza de la Iglesia de Saint-Jaques. Cualquiera puede pensar que este personaje es de aquí pero en realidad este poeta y dramaturgo francés nunca puso un pie en Bergerac; aunque en la actualidad muchos turistas y aún algunos de sus pobladores nos hagan creer que sí.
Un paseo en bicicleta por Bergerac
Cuando caía la tarde y ya habíamos terminado de descubrir todos sus rincones, nos fuimos a los suburbios de la ciudad para encontrarnos con Jacques, quien tiene el servicio de alquiler de bicicletas eléctricas y normales.
Era la primera vez que iba a montar una bicicleta eléctrica y puedo decir que me encantó. Con tan solo pedalear un poco, alcanza una velocidad que te permite ir mucho más rápido, subiendo las cuestas con facilidad, evitando a la vez que uno se agote. Simplemente es un invento fabuloso.
Los castillos de Bergerac
Fue increíble pasear sobre dos ruedas y cruzar los viñedos aledaños a Bergerac; el aire frío combinado con el sol, los campos verdes, el olor a tierra húmeda inundaban mis sentidos, convirtiendo esas horas en una tarde inolvidable.
Se dice que Bergerac cuenta con 100 castillos, como no podía visitar todos, aproveché para conocer dos de ellos. Además para probar su exquisito vino blanco dulce, el más conocido de la región.
Castillo de Bridoire
Nuestra primera parada fue el Castillo de Bridoire, un “châteaux” privado del siglo XV. Fue restaurado por una familia adinerada que se preocupó en el beneficio de las familias de la localidad.
Este castillo es uno de los más visitados por los ciudadanos de Bergerac y los pueblos aledaños.
Entre abril y octubre, este castillo se llena de niños por los juegos medievales que hay aquí. También, algunos fines de semana hay festividades y paseos a caballos, así como las noches de Bridoire, donde este castillo se abre al caer la noche y lo animan personajes vestidos con trajes de la época.
Castillo de Monbazillac
Luego continuamos hasta llegar al Castillo de Monbazillac. Este castillo tiene salas con detalles renacentistas y zonas destinadas al museo de la vid y el vino.
Las antiguas bodegas se han transformado en el restaurante y en el pabellón para catar el famoso vino del castillo de Monbazillac.
De regreso bajando las colinas, veo todo lo que ha costado subir hasta esta cima. Voy sintiendo el aire sobre el rostro y agradezco por este día y por poder ver con mis propios ojos estas maravillas.
La vida no se mide por el número de veces que respiramos, sino por los lugares que nos quitan la respiración.
GUÍA DEL VIAJERO PARA VIAJAR A BERGERAC
¿Cómo llegar a Bergerac?
- Desde París: Tienen tres alternativas. Pueden llegar en avión hasta Bordeaux con vuelos desde €35.00. Luego el viaje corto en auto de 1 hora y 30 min hasta Bergerac. Por tren en un viaje de 4 horas y 40 minutos. Y por último, en auto llegan en 5 horas y 20 minutos en Blablacar.
- Desde España: Pueden ir desde Madrid o Barcelona y tienen dos alternativas. La primera es ir en avión hasta Bordeaux. Hay vuelos desde €45.00. En auto el viaje demora entre 6 a 7 horas aproximadamente.
¿Dónde dormir en Bergerac?
Les Songes de l’Abbaye
Ubicado en Cadouin, un pequeño y hermoso pueblo a 45 minutos de Bergerac. Aquí se encuentra esta cálida Casa de Huéspedes a lado de la Abadia, en pleno corazón de Cadouin.
Lo maneja una acogedora pareja que te hacen sentir como en casa desde el primer momento. El desayuno es exquisito y muy surtido.
Dirección: 11 Place de l’Abbaye – 24480 Cadouin – Francia. Teléfono: +33 (0) 687 368 957 RESERVAS AQUÍ.
¿Qué visitar en Bergerac?
Castillo medieval privado de Bridoire.
Data del siglo XV y se sitúa en el viñedo de Monbazillac. A 12 Km al sur de Bergerac.
Sus habitaciones restauradas y amobladas te trasladan a la mejor época del castillo. Tarifas diurnas: Adultos: € 8.50. Niños: € 5.50. Tarifa reducida: € 6.50. Tarifas nocturnas: Adultos: €10.00. Niños € 7.00. Tarifa Reducida € 8.00. Horarios y más información en su web: www.chateaudebridoire.com
Castillo de Monbazillac
Edificado a mediados del siglo XVI, se sitúa en el viñedo de Monbazillac. Pueden visitar las salas del castillo y el museo del vino y de la vid. Las antiguas bodegas han sido transformadas en salas de restaurante.
Para más información ingresa a la web: www.dordona-perigord-francia.es
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Disfruto tus historias de viaje como si yo estuviera ahí… Un lindo sueño. Gracias
Gracias Claudia! son estos gestos que me motivan a seguir. un abrazo grande!
Hermoso post. Es como viajar al pasado. Las fotos transmiten mucha paz y tranquilidad. Un sueño recorrerla. Besos