Camaná: mi hogar

Mientras desayunaba hoy en un pequeño café de mi barrio, me hicieron una pregunta: ¿En cuántas casas has vivido ¡Vaya pregunta!… Cuando comencé a enumerarlas me di cuenta que eran muchas. He pasado por cerca de 10 casas en toda mi vida. Es curioso como hay gente que nunca ha cambiado de casa, mientras que yo nunca me he mantenido en una por mucho tiempo. Creo que esto es uno de los motivos por los cuales muchas veces me he sentido un poco gitana y cuando ya estoy mucho tiempo en el mismo lugar, me empiezo aburrir y necesito moverme nuevamente. En el 2002, cuando volví del intercambio de Francia, recuerdo que ya no volví a mi casa en Arequipa sino que el avión aterrizó en Lima y yo también. El hecho de no volver a la casa que dejé me hizo sentir que nunca más llegué a mi“hogar”.  Pienso que siempre se necesita tener un lugar, ese espacio al que vuelves cuando estás de viaje, esa casa que al momento de abrir la puerta te envuelve ese olor familiar. Esto ya no me pase con una casa, pero si me pasa con una ciudad: Camaná.

CAMANÁ

Camaná es una provincia de Arequipa, ubicada a 172 km de la ciudad. Esta playa ha sido mi lugar de verano desde los 5 años, he visto como ha ido cambiando y hasta he visto como se ha levantado después de un tsunami en el 2001. Camaná se ha llevado los mejores recuerdos de toda mi vida. Cada año, en el mes de Enero, recuerdo que mi padre sobreparaba en una curva antes de llegar y nos decía: miren, miren… ¿Qué es?… mi hermano, mis primos y yo gritábamos a todo pulmón, ¡¡Es el mar!!. Ahí estaba el Océano Pacífico, esperando acompañarnos en nuestras aventuras de cada verano. Ni bien llegábamos a casa, mi madre empezaba a suspirar por todo lo que tenía que empezar arreglar, mientras que nosotros, los niños, nos íbamos desvistiendo en el camino para ponernos las ropas de baño e ir a la playa cuanto antes. Una vez listos mi madre nos perseguía y untaba con sus suaves manos bloqueador por el cuerpo y la cara, dándonos muchas indicaciones sobre tener cuidado en el mar aunque nosotros no le prestábamos atención porque lo único que escuchábamos era el sonido del mar y de las olas golpeando la arena. En Camaná hemos pasado tantas historias, es el lugar donde aprendí a escuchar buena música, gracias a mi mamá. Ella se quedaba sola durante la semana, mientras mi papá regresaba a Arequipa a trabajar. Sospecho que por no sentirse sola o quizás porque simplemente amaba escuchaba música a todo volumen. Con ella aprendí a amar a The Police, Roxette, Toto y Santana.

LAS PLAYAS DE CAMANÁ

Las playas de Camaná, para mi son las mejores. Tienen olas muy ordenadas, la arena muy fina, cuando te paras a la orilla del mar y ves hacia el horizonte, tu vista se pierde no solo hacía el mar sino hacia los laterales, es una vista cautivante ya que no está dividida por nada.

LA PUNTA

Dentro de las playas más conocidas está La Punta. Esta playa es muy concurrida durante el verano. Tiene mucha vida nocturna los fines de semana y es muy popular. Ahí está una de las discotecas más antiguas del lugar: El Cangrejo. Antes, esta discoteca tenía el piso de arena y el techo de cañas de bambú. Ahora es una gran discoteca de dos pisos, donde tocan las mejores canciones y aún mantiene ese look que tantas generaciones hemos visto pasar.

CERRILLOS

Otra de sus playas lleva el nombre de Cerrillos, debido a que está rodeada de pequeños cerros de arena fina que te permiten practicar el famoso deporte llamado sandboard. Este deporte es muy divertido y recomendable. Ahí mismo hay un lugar donde puedes alquilar fácilmente las tablas.

LAS CUEVAS

Por último está Las Cuevas, una playa muy tranquila. Tiene lindas casas frente al mar, de donde se ven unos atardeceres muy bonitos. Pasar el verano aquí es muy lindo, todos los que tienen casa en esta playa se conocen y son como una gran familia que comparte momentos, no solo por las mañana sino por las noches junto a las fogatas. ↠ Encuentra las MEJORES OFERTAS de alojamientos en Camaná

QUILCA

No puedo dejar de mencionar la hermosa Caleta de Quilca, situada a 33 km del pueblo de Camaná. Quilca tiene pequeñas playas separadas por inmensas rocas. Cada playa tiene nombres especiales. Una de ellas se llama La Pedregosa, donde puedes encontrar mucha vida marina, erizos, estrellas de mar y muchas especies más; otra se llama el Amor, una playa mística, pequeña y hasta cierto punto privada por su difícil acceso. También está La Miel, donde te espera un pescador llamado Rigoberto, junto a su esposa. Ellos viven ahí desde hace muchos años, en una pequeña cabaña rústica. Son conocidos por preparar deliciosos platos con pescado fresco recién sacado del mar por sus propias manos. Por último está el puerto pesquero, donde habitan los pescadores del lugar, gente sencilla y acogedora. Desde ahí puedes tomar una pequeña bolichera, para ir mar adentro y podrás ver desde cerca a los lobos marinos y pelícanos. Camaná es mi casa, es el lugar a donde vuelvo cada vez que puedo y donde siento que por fin pare de viajar y puedo descansar.

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