Marruecos: con los 5 sentidos

Habían dos opciones para comenzar el viaje, o bien cruzando el estrecho de Gibraltar para entrar por Tánger o tomar un vuelo y comenzar desde el punto más alejado para terminar el viaje en la frontera. Aunque leí muchos blog de viajes y en su mayoría me indicaban que habían empezado el viaje de la primera manera, decidí seguir mi instinto y empezarlo desde el punto más alejado. Para buscar la mejor manera de viajar y las diferentes opciones que habían entré a esta web que me gusta mucho consultar.

MARRAKECH

A mi parecer, es una buena para empezar porque es la ciudad que más te agotará. Quizás hasta te deje por momentos sabores amargos y preparado para el resto del viaje.

[maxbutton id="3" ] Siento que haber terminado mi viaje en Tánger, antes pasando por Chefchaouen, hizo que me reconcilie con los marroquíes y me lleve los mejores recuerdos de este maravilloso país. Al comienzo agobia pero luego encanta.

MARRUECOS CON TUS CINCO SENTIDOS

1.Sentido de la vista:

Cuando pienso en todas las cosas que he podido ver en Marruecos, siento que he alimentado mi vista hasta saciarla. He visto rostros de ancianos, con la piel llena de surcos, surcos con historias y con sabiduría. Ancianos conservadores, con vestimentas típicas que con el pasar de los años, la llegada de la tecnología y la globalización ellos no pierden sus costumbres y las tienen arraigadas como raíces que crecen dentro de ellos. Las mujeres cubren su cabello y algunas más conservadoras cubren todo su rostro. Dejan a la vista sus ojos, ojos que expresaban tanto que por momentos me perdía viéndolos cuando cruzábamos las miradas. Si llevásemos los rostros tapados sin poder hacer ningún gesto, ¿cuánto desarrollaríamos la mirada? Imaginen eso… y eso es lo que vi.

2.Sentido del gusto: 

La gastronomía de Marruecos es conocida por sus sabores vibrantes. Tiene una variedad de especias que harán que tengas una explosión de sabores en la boca. Mis favoritos fueron desde los platos salados como el Tajín de cordero, de ternera, de pollo o de verduras, acompañados del cuscús que equilibra los sabores intensos. También sus dulces como el Briwat, unos pequeños triángulos hechos de una masa crocante con un relleno almendras que tiene un suave sabor floral, un manjar en la boca. Terminando con sus bebidas, unos zumos de naranja que los encuentras en las plazas principales. Su encantador té de menta, más conocido como el té moruno en España. Sabores que de solo pensarlos ya los echo de menos.

3. Sentido del oído:

Marruecos es quizás el único país árabe que tiene una gran diversidad de música. Es parte tradicional de su vida cotidiana, desde los nacimientos, matrimonios, reuniones hasta sus funerales. Su famosa música marroquí, llena de instrumentos agudos, que te pueden llegar agotar y también te hacen vibrar desde el interior. Como lo hacen los encantadores de serpientes, que logran levantarlas para que se dejen de arrastrar.

4. Sentido del olfato:

Los receptores olfativos vibran en Marruecos. Habrán olores que quedarán impregnados en tu memoria y durarán algunos días en que se vayan. Tienen tiendas llenas de especias, que al entrar en ellas sientes todos sus colores ingresando por tu nariz, como un carnaval de colores y olores. Uno de los olores que más recuerdo es el de la curtiduría en Fez. Subiendo esas angostas escaleras guiados por un marroquí empecé a sentir ese fuerte olor.

[maxbutton id="5" ] Te previenen de los olores dándote una hojita de menta, que por temor al comienzo no la recibí ya que no entendía porque me la daban, pero luego fui corriendo a pedir que me la den. Creo que ahora solo de ver la foto que está a continuación aún recuerdo el olor.

5. Sentido del tacto:

Como arquitecta he disfrutado mucho de este viaje, ya que no solo he visto una arquitectura distinta a la que conozco, sino que he sentido con el tacto sus diferentes texturas.  Esas piedras que se abren paso en las paredes descascaradas que se ven viejas por el paso de los miles de años que llevan ahí. Si las ves de cerca, parece que te hablaran y te narraran todas sus historias. Así mismo sus tejidos, sedas finas  al tacto que te enamorarán y no dudarás en comprar alguna blusa, pashmina o manta que al tocarla simplemente la querrás en tu maleta inmediatamente. Su orfebrería también fue un placer sentirla, trabajan tan delicadamente las piezas, que es admirable el arte que llevan en sus manos. Acabo este post con una frase…“Los cinco sentidos son los guías del alma”

En los siguientes post iré contándoles las ciudades una por una: Marrakech, Desierto de Zagora – Sahara, Fez y Chefchaouen, con tips a detalle para que puedan disfrutar a pleno de este maravilloso país.

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