“Nunca hables de política ni de religión”, dice el dicho. Esto puede ocasionar grandes rencillas, problemas y discusiones, la gente se incomoda y no se gana nada, he oído decir muchas veces. Pero yo, como buena curiosa no he podido mantenerme al margen de esta frase y he metido mis narices porque me gusta averiguar y entender el por qué de todo, siempre respetando las diferencias que pueden haber para evitar tensiones.
Me gusta ver desde afuera y noto como nos encanta complicarnos con todo y es que cada persona es un universo, un mundo a parte y esto se puede ver en las diferentes variantes de religiones que hay, cada religión tiene varias categorías dentro de una misma, por ejemplo: el judaísmo se divide en 6 o 7 tipos, el cristianismo en un sinfín y la musulmana en otro tanto, sin mencionar otras religiones que faltan; y así, ni aunque estemos dentro del mismo grupo de creencia, igual siempre hay diferencias y grupos. A veces pienso, ¿qué pasaría si nos dejáramos de complicar tanto?, ¿cómo sería la vida? me imagino que más sencilla, porque al fin y al cabo todas esas religiones tienen como eje principal un Ser superior y todo apunta a lo mismo: EL AMOR Y LA ESPIRITUALIDAD.
JERUSALÉN
Cuando llegué a Jerusalén estuve como un manojo de emociones antes de ingresar a la antigua ciudad amurallada. Ahí 4 grupos religiosos conviven “casi” en paz.
La famosa y legendaria Tierra Santa es, El Kuds, la Santa para los musulmanes; el lugar de la Pasión y de la Crucifixión de Jesús para los cristianos y la ciudad de la Paz, Yerushalaim, para los hebreos.
Pero no todo siempre fue paz, anteriormente este lugar estuvo lleno batallas y disputas por quien se quedaba con ese trozo de tierra tan importante para muchas culturas y religiones.
Jerusalén fue invadida por egipcios, babilonios, romanos, musulmanes, cristianos, mamelucos y turcos, y sus templos te cuentan un poco la historia pues quedan rastros de las diferentes religiones que la ocuparon.
TOUR EN JERUSALÉN
Resumir en una breve explicación cuatro mil años de historia no es cosa fácil, sobre todo porque el pasado de Jerusalén cuenta con numerosos y complicados momentos. Pero esto fue posible gracias a la gran explicación de Moshe, un encantador argentino que vive en Israel desde hace 40 años y que quedó cautivado por la milenaria historia de la ciudad de Jerusalén.
El es guía en español y el tour que da, es más que un simple tour; Moshe te sabe transportar a los diferentes momentos por los que ha pasado Jerusalén y sabe mucha historia, además, como él mismo nos explicó, tiene que ir en constante aprendizaje por los nuevos descubrimientos que hacen todo el tiempo.
CIUDAD VIEJA DE JERUSALÉN
Comenzamos con el recorrido y nos empezamos a adentrar en las antiguas calles de la Ciudad Vieja de Jerusalén.
La primera parada fue la Abadía de María o también conocida como la Basílica de la Asunción, ubicada en el Monte Sion. Aquí tuvo lugar la Dormición de la Virgen María.
El interior era hermoso, lleno de grullas de papel flotando en el techo, dos escaleras espirales invitaban a bajar hacia la cripta, donde se encuentra una escultura de la Virgen durmiendo.
El lugar estaba repleto de gente orando y del ambiente emanaba una energía muy fuerte, indescriptible, sin saber que esto era solo el principio y que todo mi recorrido por esta ciudad iba a ser así, sentimientos a flor de piel.
LA SALA DE LA ÚLTIMA CENA EN JERUSALÉN
Saliendo de aquí, a pocos pasos y bordeando la iglesia nos encontramos con empinadas escaleras, Moshe nos dijo que lo siguiéramos.
Sin saber a dónde estábamos a punto de entrar y que el pecho se me iba a estrujar con lo que iba a ver, lo seguí y detrás mío, mi mamá, pasamos por una pequeña puerta. Cuando entramos, estábamos en una sala de techos altos de estilo de la época de las Cruzadas con gente orando y otros sentados en el piso, nos dieron el recibimiento.
Moshe giró sobre si mismo y nos dijo: – Estamos en la Sala de la Última Cena – . Me quedé sin aliento y se me escaparon sin darme cuenta, algunas lágrimas. No sé si era de la emoción de la historia que tiene este lugar o era nuevamente esta energía concentrada en una sala la que me cortaba el aliento. Mi mamá estaba tan o más emocionada que yo y era inevitable no estarlo.
TUMBA DEL REY DAVID
Justo debajo de esta sala, se encuentra la Tumba del Rey David, un lugar de oración de los judíos donde se concentran también a rezar. Y así, en una misma construcción, judíos y cristianos convivían y rezaban a los suyos sin tener tensiones entre ellos.
EL BARRIO ARMENIO
Luego ingresamos por la puerta de Sion, mientras nuestro guía Moshe, nos explicaba que estábamos entrando a uno de los cuatro barrios de la Ciudad Vieja de Jerusalén: El Barrio Armenio. Las calles pintorescas, llenas de cerámicas de colores típicas de los armenios nos recibían.
BARRIO JUDÍO
Cruzamos calles, subimos escaleras, bajamos rampas y así sin darnos cuenta, habíamos ingresado a otro barrio: el Judío.
Aquí las sinagogas se abrían paso, la vestimenta de los que habitaban este barrio cambiaba, hombres con largas barbas, vestidos de negro, con sombreros altos y largas patillas caminaban apurados. Casi sin darme cuenta parecía que me había metido a otra época.
Paseamos el barrio descubriendo el Cardo, la arteria principal de la antigua ciudad romana utilizada anteriormente como el mercado y continuamos el recorrido acompañados de alegre música que se iba abriendo el paso entre los corredores. Un Bar Mitzvah estaba empezando.
Este ritual judío se celebra cuando el niño llega a la madurez. Me acerqué lentamente y empecé a tomar fotos y grabar videos mientras que veía toda la fiesta que se llevaba a cabo a lado de un niño tímido ubicado al medio de la gente. De fondo, el Monte de los Olivos y la Cúpula de la Roca, dos puntos claves de este lugar.
EL MURO DE LOS LAMENTOS
Terminamos de recorrer el barrio judío cuando llegamos al Muro de Los Lamentos. Este lugar sagrado estaba dividido en dos, una zona para mujeres y otra para hombres. Entré con respeto, con los ojos bien abiertos, mirando todo en mi camino y así sin darme cuenta terminé entre varias judías que rezaban con una gran devoción hacia el Muro de las Lamentaciones.
BARRIO MUSULMÁN
Recargada de energía nuevamente, me introduje al tercer barrio de Jerusalén y el más grande de la ciudad: El Barrio Musulmán.
Todo automáticamente cambio de pronto, me transporté en cuestión de segundos a un antiguo zoco de Marruecos. Los niños gritaban, las especias llenaban todo el lugar con un aroma particular, las vestimentas cambiaron, las mujeres caminaban cubiertas.
Moshe nos iba explicando todo a nuestro paso y los puestos que vendían especias fueron quedando atrás. Las calles se empezaban a llenar de cruces y todo lo relacionado al cristianismo pero los vendedores eran musulmanes. Era increíble ver como así, con algo tan simple como el comercio, las religiones empezaban a entrelazarse.
VÍA CRUSIS
Cruzamos una puerta que llevaba la bandera blanca con una cruz roja perteneciente a la custodia de la Tierra Santa. Ingresamos a un hermoso patio donde un pequeño letrero decía: I estación de la Vía Dolorosa.
Una pequeña pero delicada iglesia que llevaba una corona de espinas en el techo nos recibía. Aquí empezaba el recorrido de la Vía Crucis.
Comenzamos a recorrer las primeras 11 estaciones que se encontraban entre las calles del barrio musulmán. Algunas eran custodiadas por iglesias, otras estaban en una simple calle.
Fue emocionante ver como católicos en grupos se ponían a orar, mientras que los musulmanes pasaban por sus calles sin interrumpir los rezos de aquellos que habían llegado hasta este remoto lugar, iban en silencio, como señal de respeto. Todos convivían en paz.
EL SANTO SEPULCRO
Terminamos la Vía Dolorosa en el último barrio, el Cristiano. Aquí se encuentra la Basílica del Santo Sepulcro.
Al entrar al lugar, Moshe nos explicaba que todo estaba dividido por las diferentes iglesias cristianas. Vi como un mismo ambiente se dividía para dos iglesias, una católica y la otra cristiana ortodoxa.
La unión de todos dentro de un mismo grupo, era impresionante. Poco importaba a qué religión pertenecías, todos estaban ahí porque los movía la Fe. “La fe que ve lo invisible, cree lo increíble y recibe lo imposible”.
Sin duda alguna, este viaje me sirvió para soñar con un mundo mejor. Un mundo sin barreras, un mundo donde todos respetan sus creencias y conviven en paz. Al fin y al cabo, todos buscamos una misma cosa: AMOR.
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Para contactar a Moshe Cohan, guía de turismo este es el enlace: https://www.facebook.com/TurismoConMoshe/
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Espectacular relato y experiencia!
Hola Mary!
Me encanto tu relato.Me hiciste emocionar a mi tambien, y la frase de la fe me parecio hermosa!.
Que suerte que hayas podido hacer este viaje con tu mama!
Queria pedirte una yuda. Como has contactado a Moshe, este fantastico guia? Nosotros estamos yendo con mi esposo muy pronto y no tenemos ni un guia de referencia. Muchas gracias por tu ayuda
Saludos, Gregoria
estimada cual es el contacto con el guia
hola mary como estas queria saber como conatctar un guia turistico de habla hispana que nisea my costoso. viajoa israel en marzo
atte angel
Hola Ángel, parece que le faltó leer hasta el final donde ya está indicado el guía que conocí en Israel y que habla español. Copio y pego la información nuevamente: Para contactar a Moshe Cohan, guía de turismo este es el enlace: https://www.facebook.com/TurismoConMoshe/