Hace unos meses que tengo la idea de escribir este post: 7 razones para enamorarte de una viajera pero no sabía por dónde empezar. El noviembre pasado, mientras navegaba por internet, me encontré con este video que me llamó la atención. Empecé a buscar quién lo había escrito, y así di con Adi Zarsadias, viajera y escritora, que había dejado este artículo en el Huffington Post titulado: “Don’t date a girl who travels” (no salgas con una chica que viaja).
https://youtu.be/bFb4lrj-B38
Y aunque el post fue escrito de una forma algo irónica, causó revuelo, y en respuesta a este artículo, otras escritoras salieron a decir por qué sí deberías enamorarte de una viajera.
Estos posts que iban en una dirección y otra, me llevaron a recordar mi primer viaje sola. Varios momentos que viví volvieron a mí, pero uno en particular fue el que me motivó a escribir este post.
Cuando regresé de este primer viaje sola, quedé para almorzar con mi ex (con el que estuve muchos años) para contarle qué tal me había ido como mochilera por Europa. Recuerdo que mientras le iba contando las peripecias que me habían pasado, los momentos que fui superando uno a uno y que estaba ilusionada con planear un nuevo viaje, él estaba ensimismado en su plato, como si no me prestara atención a lo que le contaba. Me quedé en silencio a ver si así reaccionaba, y lo logré. Levantó los ojos y esbozó una sonrisa por compromiso. Le pregunté qué pensaba y su respuesta fue: “estás loquita, eso de andar viajando sola no está bien. Te has expuesto y no le encuentro sentido a que quieras volver a planear un viaje nuevamente sola”.
En ese momento entendí que él y yo, ya no teníamos nada en común. Yo tenía hambre de conocer el mundo, de seguir viajando, de descubrir nuevos lugares y si era posible, de vivir viajando. De ir por donde el viento me llevara.
Felizmente el mundo es grande, y es posible encontrar a alguien que comparta esa pasión por viajar, o te deje partir sola si así lo deseas. En mi caso, me encontré con A. Él sabe que cuándo empiezo a quedarme mirando el mapa que tengo frente a mi escritorio, o mi mirada dispersa se va por la ventana, el virus viajero está por volver y que en cualquier momento viajaré, sola o con él.
7 RAZONES PARA ENAMORARTE DE UNA VIAJERA
1. PORQUE SE ADAPTA CON MÁS FACILIDAD
Una viajera sabe adaptarse continuamente. Los viajes le han enseñado a cambiar de costumbres, comida, horarios y planes. Valoran la rutina más de lo normal porque saben cuánto vale la comodidad.
2. PORQUE SIEMPRE TIENE UNA HISTORIA NUEVA QUE CONTAR
Te contarán historias únicas de sus viajes y anécdotas fascinantes sobre sus aventuras. El abanico de situaciones por las que ha pasado es interminable y será sin duda, muy divertido escucharla.
3. PORQUE ES INDEPENDIENTE
Podemos ser independientes si viajamos o no, pero una viajera tiene una dosis extra porque se ha manejado sola en diferentes momentos, sobre todo, fuera de su zona de confort.
4. PORQUE NO ES MATERIALISTA
Las viajeras saben que es mejor coleccionar momentos que coleccionar objetos. Las experiencias de vida no se pueden comprar. Saben bien que lo material viene y se va.
5. PORQUE SE CONOCE MUY BIEN A SÍ MISMA
Viajar tiene esa característica única de dejar que nos encontremos con nosotros mismos. Las viajeras saben que ese momento de soledad las ayudará a seguir creciendo como personas.
6. PORQUE SIEMPRE VE TODO CON NUEVOS OJOS
Sienten siempre fascinación por todo lo nuevo. Cada rincón, cada calle, cada lugar nuevo es una sorpresa. Les encanta descubrir todo y es inevitable que vean todo con nuevos ojos.
7. PORQUE TE CONVERTIRÁS EN SU COMPAÑERO DE VIAJES
Compartirá sus planes y viajes contigo. Sus ganas de recorrer el mundo te las contagiará, y tendrás una relación mucho más rica en historias que contar.
Y tú, ¿Te atreves a enamorarte de una viajera?
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