He tratado de recordar desde cuando empiezan estas ganas de viajar y descubrir el mundo. He tratado de analizar desde cuando veo al mundo como un pequeño pañuelo de algodón, con finos bordados y pliegues nuevos por descubrir.
La respuesta ha demorado en llegar pero sospecho que todo arranca el 2001, con un intercambio.
Estudié en un colegio francés. Cada año hacían un intercambio por 3 meses entre Francia y Perú. Desde niña recuerdo a los chicos que venían de intercambio. Todos se vestían diferente, tenían un acento divertido y siempre festejábamos el día de Francia como si fuese el nuestro, cantando la Marseillaise y comiendo crêpes.
Ellos venían en los meses de Junio, Julio y Agosto. Mientras que nosotras íbamos en los meses de Enero, Febrero y Marzo.
Enero del 2001
Luego de 18 horas de viaje y una escala en Madrid, llegamos finalmente a París. En la ciudad de la luz estuvimos una sola noche.
Al día siguiente partiríamos cada una a las ciudades donde viviríamos 3 meses y la cual se volvería nuestro hogar provisional. Un bus nos fue dejando en cada pueblo y poco a poco fue quedando vacío.
Así llegué a Rennes, una de las últimas paradas del viaje y la ciudad que me cambiaría la manera de ver la vida.
Rennes está ubicada en el norte de Francia, es la capital de la región de la Bretaña y posee una fuerte identidad cultural. El idioma principal es el francés pero también se habla el galó y el bretón.
En esta ciudad estuve con cuatro familias distintas en esos meses. Esta experiencia me ayudó a vivir con gente diferente a mi familia, respetar los espacios de los demás, a madurar y crecer de una manera independiente. De cada familia tengo un recuerdo especial que les iré contando poco a poco.
La primera familia.
Eran los papás y 4 hijas mujeres. Una cálida familia que me recibió e hizo que mis primeros días sean fáciles, alegres y muy acompañados. Años más tarde las volvería a ver en un viaje que hice sola, nunca me imaginé volverlas a ver.
La segunda familia
Eran 3 personas. Los papás y Benjamín. Pasé de una casa de 4 hermanas a la de un solo hombre.
Benjamín tenía mi edad, era guapo, alto, de cabello ondulado y con una sonrisa tímida pero que te daba confianza. Los primeros días solo estábamos juntos al momento de volver del colegio a casa. Hasta ahora no recuerdo como nos comunicábamos porque él no hablaba castellano y yo hablaba el francés muy básico. De lo único estoy segura es que nos entendíamos muy bien, porque solo recuerdo muchas risas y miradas cómplices.
Pasaron los días rápidamente, la confianza creció, las horas que pasábamos juntos aumentaron y la atracción tímida entre los dos también.
Un día el decidió dar el primer paso y quiso salir conmigo. Lamentablemente aunque me gustaba mucho, no acepté. La timidez me ganó y él se enfado. La amistad se cortó y dejamos de pasar el tiempo juntos.
El día que me fui de su casa, desde su habitación se escuchaban risas de una chica, tuve celos, cogí mi maleta y me fui sin mirar hacia atrás.
Cuando estaba bajando las escaleras, sentí que una puerta se abría detrás mío, me detuve por un momento e inmediatamente la puerta se volvió a cerrar a mi espalda. Yo continué mi camino.
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Hola! Es la primera vez que leo a alguien que vivió la experiencia de un intercambio a Europa a la misma edad que yo. Yo tenía 15 años, y viajé a Dusseldorf, Alemania. Mi alemán era super básico; y sólo estuve con 1 familia. Tal como cuentas, en mi caso, también fue una experiencia que cambió mi vida, en muchos aspectos. Ojalá todos tuvieramos esta oportunidad. Gracias por compartir!
Hola que tal! AMÉ TU BLOG. Me encantan todas las experiencias que haz vivido, y esta historia me dejo en suspenso, quiero saber más jajaja. Tienes mucho material para escribir un libro y tambiéneres excelente escribiendo. Te deseo lo mejor y sigue tu aventura, espero algún día lograrlo también, saludos desde Venezuela, eres bienvenida
Ya veo que lo llegaste a leer entero… un abrazo!!!