Florencia: llena de luz

Jueves 10 de Marzo del 2011

Había dejado atrás Roma y pasaron dos horas rápidamente mientras leía y dormía por momentos, hasta que algo me despertó, empecé a sentir el contacto de las ruedas con el fierro, era señal de que el  tren estaba frenando. De pronto en los parlantes se anunció  – Última fermata  Santa María Novella Firenze–Había llegado a Florencia!

Esta vez tenía que estar atenta, pues ya no me esperaría ningún amigo, ni tendría un salvavidas como lo tuve en Roma. No hablaba nada de italiano pero lo primero que hice fue pedir un mapa para sentarme tranquilamente a buscar la dirección del hostal donde me hospedaría, quedaba muy cerca a la estación de trenes por lo que no sería difícil de ubicarlo.

EMPEZANDO EL VIAJE POR FLORENCIA

Caminé por pocos minutos y encontré el Hostel Relais Florence, los señores de la recepción eran una encantadora pareja compuesta por un italiano y su esposa que es latina, inmediatamente me dieron muchos tips y me recomendaron tomar un tour para el día siguiente, el cual no dudé en aceptarlo porque conocería 3 pequeñas ciudades más en un solo día y a un costo muy accesible.

Escoge el tour San Gimignano, Siena y Chianti o esta otra opción

Ese día decidí salir a caminar y conocer Florencia, esta ciudad que es la más poblada de la región Toscana. Actualmente es la capital de la región Toscana aunque años atrás fue también la capital de Italia.

Empecé a caminar por sus calles y rápidamente quedé enamorada de ella. ¿Y cómo no estarlo?  Florencia es conocida como el núcleo donde se originó el movimiento artístico llamado Renacimiento, esta ciudad es la cuna del arte y de la arquitectura. Se puede respirar arte por todos lados y yo estaba en mi gloria.

Perderse por una pequeña calle y de pronto al volver la cabeza, ver la cúpula de 45m de diámetro y 100 de altura de Santa María del Fiore, fue una de las sensaciones más felices que tuve en este viaje.

LA LUZ DE FLORENCIA

Florencia tiene un luz que pocas ciudades la tienen, esa luz natural de color caramelo que hace que en todo momento tenga una belleza única, llega a teñirla de un color naranja, transmitiendo calidez en todo momento. Decidí cerrar mi mapa y caminar sin más miedos, fue una sensación rara porque sentía que ya había estado antes ahí. Y quizá todos lo sentían, mientras caminaba veía muchos extranjeros disfrutar del momento y recostarse a sentir la calidez de esa que hablo tanto rozando sus rostros.

Decidí entrar a un museo para admirar de cerca las grandes obras escultóricas y artísticas fue un deleite en todo momento. Aunque la ciudad en sí es un museo porque encuentras esculturas por doquier.

También cruce el famoso Ponte Vecchio que es el puente de piedra más antiguo de Europa, al cual el mismo Hitler había dado la orden de no destruir y es que como no iba hacerlo si es lindísimo. Mientras lo caminaba veía todos los puestos de joyería que se lucen actualmente, es como si una joya llevara varias joyas dentro.

POR LA NOCHE

Esa noche decidí engreírme un poco y me fui a comer a un restaurante La Grotta di Leo,  donde me sirvieron una exquisita pizza con esa masa delgadita que tanto me gusta y me llena la boca de agua solo de pensarla. Acompañada de un delicioso vino tinto. Fue el cierre perfecto para el día maravilloso que tuve.

Esa noche debía irme temprano a la cama porque al día siguiente debía levantarme temprano para el tour.

Viernes 11 de Marzo del 2011

Me quedé dormida! Estaba con el tiempo muy justo…me cambié rápidamente y salí corriendo.

Felizmente llegué a tiempo, cuando subí al bus pude notar que todas las personas que estaban ahí eran parejas, de pronto toda la felicidad que llevaba encima se desvaneció rápidamente, me sentí muy sola y desubicada. Nuevamente el fantasma de mi ex entró a mi cabeza hacer bulla, mientras caminaba el bus y buscaba un asiento que esté libre pensaba que quizá no era buena idea hacer este Tour por la Toscana y debería quedarme en la ciudad pero ya había pagado así que no tenía escapatoria. Vi un asiento solo casi al final y me senté rápidamente, mientras pensaba que era la única persona sola en ese bus, una chica se sentó a mi lado.Como yo andaba en mi mundo, la vi de reojo y no me dieron ganas de hablarle y me quedé pegada mirando por la ventana.

Cuando el bus empezó avanzar, decidí cambiar de actitud y ser más sociable, así que giré y me presenté – Soy Mary vengo de Perú – una amplia sonrisa apareció – Angélica y soy de Venezuela. Qué bueno que estás aquí! Este bus está lleno de parejas y ya me sentía sola – mientras resoplaba el cabello que le caía en el rostro.  En el camino supe que era bailarina de ballet, que era su primera vez en Europa y que estaba encantada con todo, yo por mi parte le conté un poco de mi vida. Rápidamente nos volvimos buenas amigas.

RECORRIENDO LA TOSCANA

La primera parada fue San Gimignano,  un pequeño pueblito amurallado de origen medieval que parecía sacado de un cuento de hadas. Mi corazón empezó a latir nuevamente, ¿era posible amar tan rápido a dos ciudades?  Bueno parecía que sí! Este encantador pueblito tenía pequeñas callecitas con varias casitas alrededor, íbamos subiendo a una colina para poder ver desde allí arriba toda la vista linda que teníamos al frente. Cuando estuvimos admirando la Toscana desde lo alto, un violinista empezó a tocar y acompañaba la serenata que los pajaritos daban esa mañana.  Si hay un pueblito que recomiendo pisar al menos una vez en la vida, es este. Te robará el corazón rápidamente y sin consultarte. 

SIENA

Debíamos tomar el bus nuevamente para seguir el recorrido. La siguiente parada fue Siena.

Paramos para almorzar, decidimos no ir con todo el grupo a comer sino que nosotras mismas buscamos donde comer pizzas de esas que tanto me gustan. Angélica manejaba muy bien el italiano y por momentos pensé que sería lindo hablarlo, quizás por eso años después lo estudié y ahora lo hablo casi a la perfección. Es uno de los idiomas que más me gusta haber aprendido.

La guía nos explicaba que cada barrio tenía un nombre y una bandera para distinguirse. En las esquinas llevaban un calendario de reuniones, como una pequeña pizarrita donde apuntaban todo lo importante que debían recordar los vecinos. Esta ciudad parecía que se había quedado atrapada en el tiempo. Una familiaridad que ya no se ve en estos tiempos era parte clave de aquí.

Luego de andar por sus callecitas y mientras nos explicaban que tenía una muralla en todo su alrededor debido a las continuas guerras que tenían con Florencia, llegamos a la plaza del Campo, donde se celebran cada dos años la famosa carrera de caballos El Palio di Siena, en la cual compiten 17  jinetes con sus caballos y cada uno representa a los distritos de la ciudad. Ahí también se puede ver el Palazzo Pubblico y su Torre del Mangia que es una antigua torre medieval que lleva un campanario dentro.

CHIANTI

Dejamos atrás Siena y su historia para subirnos al bus y llegar a nuestra última parada Chianti donde nos llevaron a un viñedo local para degustar vinos y aceites de oliva que preparaban ahí.

Uffff fue un manjar para mi paladar, no pude evitar comprar una botella de aceite para llevar a casa, aunque me iba a pesar ya me las arreglaría en el camino pero este manjar debía irse conmigo de todas maneras.

Cuando llegamos a Florencia decidimos salir por la noche. Quedamos en una plaza a una hora determinada para cenar y pasear juntas por la ciudad, debido a que al día siguiente ella partiría a otra ciudad y yo a Venecia. Fui a mi hotel me bañé y cambié rápidamente y salí para encontrarnos…esperé cerca de 20 minutos por ella cuando estaba por irme pensando que quizá se había perdido o no podía llegar, escuché que me llamó…Mary!

Ahí estaba ella, sonriente como siempre. Me contó que se había perdido y nos fuimos a comer Wafles con nutella, tantos días de comer pasta pueden llegar agotar un poquito aunque las ames con locura y pasión como yo las amo. Esa noche conversamos mucho, intercambiamos números, mails y sueños. La pena se había ido y estaba conociendo gente linda en mi viaje.

Mañana partiría a Venecia donde conocería a alguien que no esperaba y que resultó ser muy importante para mí…

(Este relato pertenece a mi viaje del 2011 que podrán empezar a leerlo en Atreverse más, pensarlo menos). 

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