Hace ya 10 meses que estuve en Madrid recibiendo el reconocimiento de FITUR por el Blog de Viajes Más Popular del 2016. No diré que no me esperaba ganar este premio porque sí lo esperé y con mucha ilusión. El esfuerzo y dedicación que uno invierte en un blog es muy grande y que te reconozcan este trabajo es gratificante.
El premio estaba a cargo del Gobierno de Israel, quien me daba la oportunidad de conocer su país, con un viaje a Israel con todos los gastos pagados. Me hacía mucha ilusión conocer este destino legendario que ha sido escenario de importantes momentos históricos.
PLANIFICANDO MI VIAJE A ISRAEL
Cuando separé las fechas para ir a Israel no sabía que iba a tener un sinfín de actividades y viajes previos a éste. Esto entorpeció mi organización y quedé cansada antes de comenzar mi recorrido. A veces cuando uno planifica algo con tanto tiempo de anticipación todo se suele distorsionar y no sale como lo habíamos pensado.
Para empezar, A. quien me iba a acompañar a conocer Israel, pero consiguió trabajo en París y esto le imposibilitó de viajar. La persona que terminó acompañándome fue probablemente una de las que más pensé cuando recibí el premio en mis manos. ¿Quizás sin querer yo terminé llamando este cambio mentalmente?
–¿Aló mamá? – la contacté con poco tiempo de anticipación, debo admitir que probablemente la puse en aprietos pero cuando le pregunté si se animaba a viajar conmigo no dudó. Ella terminó comprando el pasaje, aunque este significó un esfuerzo monetario. Concluyó la conversación con una de sus frases más usadas…ya Dios proveerá, es una oportunidad que no puedo perder.
Así poco a poco este viaje empezó a tomar otro matiz, otro color, otros rumbos. Viajaría con una católica practicante y creyente hasta el tuétano. A veces cuando veo a mi madre de lejos y veo como cree tanto en Dios, la envidio un poco, porque me gustaría tener aunque sea una pizca de su devoción, más allá de las creencias.
Día 4 de Noviembre 2016
Terminé de hacer mi mochila ese mismo día, coordiné con mis maestros las obras de arquitectura que estoy haciendo en Lima, ultimé detalles con mis clientes, entregué mis notas a mi editora, terminé exhausta!
Cuando estaba sentada en el bus camino al aeropuerto, por fin con la mente despejada empecé a esbozar el esqueleto de mi recorrido. Mientras leía mis apuntes ensimismada, revisé la información que la oficina de turismo de Israel me había enviado. Tickets de avión, nombres de hoteles en los que estaba invitada y de pronto…PUM!!
Levanté la cara mirando al horizonte y di un grito ahogado, AHHHH!! Mi mamá que estaba sentada a mi lado, saltó de su sitio y me dijo ¿qué paso?
Yo sólo pude taparme la cara con las manos de la vergüenza y reconocer que la “viajera”, la “TravelBlogger”. La mismísima Mary, de Los Viajes de Mary, había olvidado el hospedaje de las dos primeras noches en Israel.
El paquete de mi premio empezaba en Akko, y yo había decidido ir dos días antes para destapar Israel en este viaje y aprovechando para conocer Tel Aviv.
CAMINO A TEL AVIV
Mi mamá que suele ser nerviosa, se encogió de hombros y me dijo: ya veremos allá. A mí, su respuesta no me tranquilizó en lo absoluto. Sabía que en el fondo confiaba en que yo iba a solucionar todo allá pero no contaba con que aterrizábamos a las 2am en Tel Aviv.
Todo el viaje me la pasé con una angustia indescriptible. Una cosa era que yo no tenga donde dormir, o acomodarme en el piso del aeropuerto y descansar, otra era poner a mi mamá en esa situación. Hicimos una escala en Estambul y aprovechando busqué opciones de alojamiento.
Finalmente cuando llegamos a Israel ya teníamos una reserva hecha en un albergue, un cuarto con 8 camas sería nuestra salvación. La confianza y tranquilidad de mi mamá era asombrosa, sospecho que su ilusión por conocer Tierra Santa la tenía en ese estado de paz y yo, feliz me aprovechaba de eso…(mamá no me jales la oreja cuando leas esto)
TEL AVIV
Tel Aviv se presentó desde que llegué a su aeropuerto. El lugar era impresionantemente moderno, todo desbordaba omnipotencia, yo que normalmente me siento pequeña, aquí me sentía aún más pequeñita.
Luego de varias idas y venidas, escogimos un taxi con un buen precio para llevarnos hasta el hostel. El señor que nos llevó, entabló una conversación muy amena con mi mamá. Yo me cabeceaba con el movimiento del auto y los edificios que pasaban frente a mis ojos, uno tras uno.
En el Hostel
Al llegar al hostel, la encantadora recepcionista nos recibió con una gran sonrisa en el rostro. Nos invitó de comer porque por la hora no había nada abierto y moríamos de hambre. Ese ambiente de hermandad que a veces se crea en ellos.
Nos dieron nuestra llave de la habitación y cuando entramos nos dimos con la sorpresa que no había ni una sola cama disponible.
Terminamos en el lobby con la recepcionista encogiéndose mientras suplicaba disculpas y nosotras buscando otro hospedaje. Nunca me imaginé que hubiera tanto turistas en esta ciudad. Todos los hoteles estaban full y era una tarea maratónica encontrar una habitación disponible.
Segundo hotel
A las 7am, cansadas de una laaarga noche, estábamos rumbo a Bat Yam a 20 minutos de Tel Aviv. Encontramos un hospedaje frente al mar y felizmente nos permitieron hacer el check in a esa hora y sin recargo extra.
La vista a la playa desde la habitación, nos animó a salir a disfrutar del día soleado y de esa hermosa playa con el agua cristalina. Ya estaba cada vez más cerca de Tierra Santa, mi viaje a Israel había empezado!
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Mi viaje a Israel #2 | El virus viajero
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Mi viaje a Israel #4 | Jerusalén: Tierra Santa
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Ay no Mary! Que despiste tamano familiar y que pecao con tu mama. Pero bueno una aventura que contar. Saludos
jeje creo que a cualquiera le puede pasar, somos humanos al fin y al cabo. Saludos!
Súper Mary, eso hace parte de la aventura y de los detalles que hacen inolvidable un viaje. Yo anhelo poder volver a Israel, es mi destino favorito.