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Lunes 07 de Marzo del 2011

Aeropuerto Internacional de Cote d’Azur, Niza – Francia.

Mientras esperaba a partir, me iba sentando en una máquina del aeropuerto para poder revisar mi Mail. Abrí mi correo y en mi bandeja de entrada estaba el mail de mi mamá. Mis papás se estaban ofreciendo a ayudarme a buscar un hotel para pasar la primera noche en Roma por lo que había cortado mi estadía en Niza.

Sentí un alivio grande, habían conseguido un lindo hotel en Roma y ellos cubrirían ese costo, era la forma de ayudarme un poco con mi viaje y de darme ánimos por lo ocurrido.

Dirección: Via di Ciampino 70, Roma. Listo! Ya tenía apuntada en mi agenda la dirección del hotel y ya estando allá, averiguaría como llegar. Mientras le mandaba un mail a mi mamá agradeciéndole por todo, no me había percatado si tenía otro mail. ¿Tendría algún mail de mi ex? Mientras me ponía a soñar en sus palabras y mis respuestas, abrí la carpeta de sus mails. No había nada.

Camino a Roma

Llegué a las 17.30h a Roma. Con mi mochila a cuestas fui a buscar una oficina de turismo para que me expliquen cómo podía llegar a mi hotel para por fin descansar.

Me atendió una típica italiana, una mujer guapa, alta, con facciones un poco toscas y con un cuerpo muy llamativo.

Cogió el papel donde había apuntado la dirección, se bajó los lentes y mientras leía, iba abriendo los labios ampliamente formando una sonrisa. De pronto, salió un sórdido sonido de sus labios, una risa que más parecía de Cruella de Vil.

Alzó la vista y con ella sus anteojos; me miró fijamente y sacó un mapa de Roma. Con un plumón marcó una cruz sobre el hotel y me dijo: – L’hotel è qui, luego marcó un circulo y dijo: -L’aeroporto è qui. Noté que el aeropuerto estaba muy próximo al hotel y terminó diciendo: e tu sei qui y mientras esperaba que marque dentro del circulo donde había marcado el aeropuerto, vi que su mano iba moviéndose hasta el otro extremo del mapa y marcó un circulo nuevamente. ¡No entendía nada!

Me quedé mirándola fijamente a los ojos y me dijo: Aspettare! Tu non parli italiano, no? Supuse que decía que no entendía el italiano, moví la cabeza negando y le dije Español o Francés. Cambió de idioma rápidamente. Perfecto, bueno donne, tú estás en el aeropuerto Fiumicino y tu hotel está cerca al otro aeropuerto Ciampino, capisci?

Miró su reloj y volvió a reir fuertemente. Se sentó frente a su computadora. Yo, parada frente al mostrador, tratando de asimilar todo y de pensar que no era la romana más amable que me había tocado, vi que giró y recogió unos papeles que salían rápidamente de la impresora.

Regresó a mí y me entregó un manojo de papeles. Me explicó que busque un hotel y que lo haga muy pronto porque el último tren salía dentro de poco tiempo del aeropuerto hasta el centro de la ciudad. Me deseo suerte y volvió a su puesto de trabajo mientras conversaba con sus colegas.

Salí de la oficina de turismo con los papeles en las manos, sentí que me desplomaba. Llegué hasta una pared, me quité la mochila, apoyé mi espalda contra ella y empecé a deslizarme hasta sentarme en el piso. Traté de respirar y concentrarme pero no podía hacerlo.

Después de la oscuridad

¿Cómo era posible tener tan mala suerte? ¿Qué había hecho para que me pasen tantas cosas juntas? Primero en Niza y ahora aquí. Para colmo, no entendía nada de italiano. Solo quería ir a un hotel y descansar!

Hasta que recordé; mi mejor amiga me había dado el dato de un amigo que vivía en Roma. Como era evidente, yo no lo conocía pero no importaba. Estaba entre la espada y la pared y debía tomar una decisión buena. Cogí unas monedas de mi bolsillo, busqué un teléfono público y lo llamé. A esta altura, era lo menos loco que iba hacer.

-Pronto?

-Aló Ernesto?  

Se quedó callado. Pasaron unos segundos en silencio hasta que me respondió con una voz de incógnita.

-Si?

A lo que yo respondí, soy Mary, amiga de…

Le expliqué rápidamente todo mi dilema y le pedí que por favor me ayude. No tenía hotel, ya era tarde y el último tren estaba por salir.

No me dejó terminar toda mi explicación y me dijo súper amable, te espero en la estación Termini. Apúrate que falta poco para que parta el tren, nos vemos ahí. Para que me reconozca porque ninguno de los dos nos conocíamos, le dije que llevaba un bolso de tejidos peruanos. Nos despedimos y empecé a correr para alcanzar el último tren.

En la estación de tren

Una vez en la estación, me senté en una banca a esperarlo. Poco a poco la estación empezó a quedar vacía. Llegaban chicos y los miraba esperando que me llamen por mi nombre pero ninguno paraba. Empecé a dudar que llegaría. Cogí una moneda y mientras buscaba un teléfono público, escuché mi nombre, “Mary”.

Giré y ahí estaba él, si digo que no lo abracé cuando lo vi, mentiría. No pude de la felicidad. Sonrío y me quitó la mochila de la espalda, se la puso él y empezó a caminar para ir a tomar el metro. Me dijo que ya tenía un hotel en mente y que esperaba que esté vacío para que pueda pasar la noche ahí.

Llegamos al hotel, era un Bed &Breakfast llamado Sole e Luna. Me dejó en mi habitación y al despedirse me dijo que pasaría por mí en una hora para salir a cenar. Cerré la puerta y vi mi habitación, era grande y bonita. Al fin tenía un cuarto para mí y estaba feliz!

Por fin me pude dar un buen baño, arreglarme el cabello, ponerme ropa más bonita y salir a disfrutar. Pasó a recogerme a las 21:00h y lo primero que hicimos fue ir a comer una pizza. La comida italiana es un deleite para el paladar. Una maza crocante, con mucha salsa de tomate fresca y queso fundido entraban por mi boca, mientras saboreaba este manjar íbamos conversando.

Le conté un poco de mí y él también de él. Era una persona muy leída e instruida, él estudiaba en Roma por lo que la conocía muy bien, me contó muchas cosas interesantes de la ciudad y sus ciudadanos.

Aunque estaba muy cansada estaba con ganas de descubrir y ver todo.Terminando de cenar fuimos a conocer la ciudad.

Primera parada, la plaza San Giovanni Laterano

Luego seguimos caminando, hasta que llegamos al Coliseo Romano. No podía creerlo, ahí estaba ese lugar que tantas veces lo había visto en fotos o películas, era espectacularmente grande.

La emoción llegó estremecerme, mientras él me contaba muchas cosas de historia, muy interesantes. Me percataba que él era literalmente como una enciclopedia.

Segunda parada:

Vimos los restos del imperio Romano que se encuentran muy cerca al Arco di Tito. Pasando estas sorprendentes ruinas, llegamos al Monumento a Vittorio Emanuele II. Era lo que había estudiado en mis cursos de Historia de la Arquitectura. Era increíble ahora verlo en vivo y en directo.

Seguimos caminando y llegamos a unas escaleras. Me pidió que cierre los ojos, que confíe y así lo hice. Me cogió de los brazos y me giró sobre mi eje. De pronto me dijo: “abre los ojos” Cuando los abrí vi a lo lejos la cúpula de San Pedro, no pude más de la felicidad. Estaba en Roma.

Mientras bajábamos las escaleras, me explicó que había más de 900 iglesias en Roma, equivalente a casi 2 iglesias por kilómetro cuadrado.

Ese día se había vuelto uno de mis días favoritos en la vida. Teníamos la ciudad para nosotros, no había nadie en las calles.

Roma estaba vacía y silenciosa, así fue como la conocí por primera vez. ¿Esta felicidad podía seguir subiendo? pensé que no, pero Ernesto consiguió que sí.

Tercera parada

Me dijo que esté en silencio. Se puso el dedo encima de sus labios y me dijo: shhhh escucha…

Presté atención y empecé a escuchar agua. Me dejé guiar por el sonido, cuando de pronto salí de una callecita y ahí estaba la más ambiciosa y famosa de las fuentes monumentales del Barroco Romano: La Fontana di Trevi!

Lo mejor, no había ni una sola persona alrededor. No podía más de la emoción. Fui rápidamente hacia ella. Ernesto me explicó que tire 3 monedas a la fontana y pida un deseo, así fue como lo hice. “Que sea feliz y que vuelva pronto a Roma”

Esa noche se convirtió en uno de mis recuerdos más bonitos y preciados de este viaje.

(Al día siguiente me esperaría la Roma bulliciosa y turística que ya se las contaré en mi siguiente post… para seguir leyendo,haz click AQUÍ ROMA PARTE 2 

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7 Comentarios

  • julieta718 dice:

    Me encanto tu post! Es genial! Gracias por todo lo que contas!!!

  • julieta718 dice:

    Me encanta lo que escribis!!! Muchas gracias por compartirlo!

  • Silvia dice:

    Simplemente precioso! Tus relatos son espectaculares y súper ilustrativos. Gracias!

  • patricia dice:

    maravilloso relato!

  • Margarita dice:

    Hola Mary, encantada de poder escribirte. Mi amiga y yo, queremos hacer un viaje a Italia, conocer Roma, Venecia, Florencia, Isla Capri, Napoles, Pompeya. Queremos ir por libre y buscarnos la vida. Nos podrías orientar?? aconsejarnos cómo hacerlo?. Vivimos en Sevilla. Espero con ganas tu ayuda. Gracias

    • Mary Salas dice:

      Hola Margarita, que lindo que vayan a ir a Italia, es un país maravilloso. Actualmente, estoy dando asesorías de viajes personalizadas, si están interesadas me pueden escribir a viaja@losviajesdemary.com
      Un abrazo!

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